Titulo: Octavo Pecado Capital
Autor: Sayuri
Pareja: JaeMin
El era mucho mejor. Tenía clarísimo que ella no cantaba como él, no bailaba como él, y no era tan atractiva como lo era él. A sus ojos, la pelinegra que hablaba animadamente con Hero Jaejoong no era más que una pobre y triste periodista.
- ¿Y cómo se siente ser el hombre más codiciado de toda Asia?- Le preguntó mirándolo sin descaro, de pies a cabeza.
- Codiciado – Rió Junsu, con su voz de delfín. Había notado que cierto miembro de TVXQ estaba un tanto tenso, y trató inutilmente de calmar el ambiente.
Él mil veces más importante de lo que ella podría si quiera llegar a ser. Pero aún así, su compañero prestaba más atención a la mujer. Y era obvio, si la, a sus ojos idiota, se reía con cada cosa que el ahora rubio Jaejoong decía. Sólo buscaba llamar la atención. Se notaba a leguas que estaba evitando babear, y que besaba el piso por donde pasaba. Encima era fea. No valía más que el. Era inferior.
Soberbio
Miró su reloj con impaciencia. Quedaban sólo dos minutos. Dos benditos minutos y se podrían largar de allí. Y se podría librar de los cientos de cámaras, de los cientos de reporteros que esperaban tomarlos desprevenidos. Y sobre todo, de la odiosa reportera que le coqueteaba al rubio, que no hacía nada, sólo sonreía
- Y ellos fueron TVXQ – Se despidió la morena.
- Somos TVXQ - Dijeron a coro. Hicieron la reverencia de siempre, las cámaras dejaron de filmar y salieron en orden de las dependencias del Canal de TV.
Pero uno de ellos iba más rápido que de cosumbre.
- Changmin, espera – Lo llamó su líder. - ¿Porqué tanta prisa? – Le preguntó Yunho con preocupación.
- No es nada, sólo estoy cansado.- Respondió cortante el menor.
Subieron a la camioneta que los llevaría su dulce hogar. Lejos de la prensa, de las fans, y en cierta forma, lejos del trabajo, que por más que le gustara, era agotador. Cuando estaban todos sentados, miró por la ventanilla y divisó a la periodista sonreírle a su compañero. Si, al mismísimo Jaejoong, quien se digno a responderle.
¿Por qué? ¿Por qué a ella le respondía? ¿Por qué la dejó tocarlo tanto? ¿Por qué la dejó preguntarle cosas tan íntimas? ¿Y por qué él no podía? Deseo por un corto instante haber estado en los zapatos de esa fea mujer. Esa tonta y fea mujer con suerte.
Envidioso
Llegaron a su hogar, y el primero en entrar fue Changmin. Se sacó los zapatos tan rápido que casi tropezó.
- Ten cuidado Min, te puedes lastimar – Le dijo Yoochun.
- Micky tiene razón, Minnie- Una voz de delfín resonó por todo el lugar - ¿Por qué tan apurado?- Lo interrogó Junsu.
- No es nada – Respondió, por segunda vez en el día. Sólo se limitó a entrar y colgar su carísimo abrigo en un perchero.
- Estás así desde la entrevista, algo te pasa, y no puede ser sólo cansancio.- Ahora fue Yunho quien habló.
Todos lo miraban preocupado. Ya estaban los cinco miembros de TVQX dentro de la casa, y la puerta estaba ya cerrada. Tres pares de ojos fijaban su vista en la expresión del menor. Sabían que explotaría en cualquier momento.
- ¿Qué pasa Minnie? Estás muy tenso hoy ¿No te parece? – Dijo el último en entrar. – Relájate un poco – Le pidió.
-Hmp - Changmin sonrió para si. ¿Cómo iba a poder relajarse? Y ¿Con qué cara se lo venía a pedir él? Era toda su culpa. Su enojo estaba casi en el borde, y era todo por culpa del rubio, y su actitud tan…
Tap tap tap. Escuchó ese desagradable sonido. Sabía que era Jaejoong. Y ahora si, había logrado sacarlo de quicio…
- Hyung, te he dicho mil veces que no entres a la casa con los malditos zapatos puestos.- Gritó dándose la vuelta para encontrase con Jaejoong.
- Minnie, sabes que es mi manía, lo sien- Se iba a disculpar el mayor, pero Changmin lo cortó.
- Ah, ya basta. Sácate los malditos zapatos de una vez ¿Quieres?- Pidió el menor.
- Oye, estás exagerando, Max…- Jaejoong se le acercó de forma maternal, pero esto sólo enojó más al pequeño TVXQ.
- No soy un bebé ¿si? – Estaba alterado. Sin pensar si quiera, golpeó la mano que su Hyung había extendido para acariciarle.
- Max, cálmate. – Le pidió Yunho.
- Oye, eso dolió…Minnie.- Jae se sobaba la mano, mirando preocupado a su agresor.
- Changmin…- empezó Junsu
- Junsu, no me hables- Lo calló – Ya todos dejenme en paz.
- ¿Qué te pasa? ¿Por qué estas así?- Se le acercó con algo de miedo Jae.
- Nada. Deja de joderme el día. Déjenme en paz. Arruinas mi vida-
Salió disparado por los pasillos. Los cuatro jóvenes se miraron entre si. Yunho corrió tras Max, pero todo lo que recibió fue un portazo. Cerró tan fuerte su puerta, que incluso pensaron que la casa se iba a caer. Click. Y le puso seguro.
Ira
Todos estaban realmente sorprendidos. Vivían juntos, y conocían las mañas de cada uno de los integrantes. Era verdad que Changmin siempre se enojaba cuando su Hyung no se sacaba los zapatos para andar dentro de la casa, pero nunca había gritado así de fuerte. Y lo que era aún más sorprendente era que le había pegado nada más y nada menos que a Jaejoong. Si, los “One-touch” eran golpes, pero juguetones, con cariño. Esto no tenía nada de amor de por medio.
- Jaejoong ¿Estás bien? – Preguntó Micky. La mano derecha de Jaejoong tenía una gran marca roja, y parecía doler mucho - ¿Jae…Jae?...
- Hero…¿Qué tienes?- Junsu se estaba desesperando. Su compañero tenía la mirada perdida en dirección al pasillo por el cual se había ido hace unos momentos el menor de los TVXQ.
- Respóndeme por favor- Lo zamarreó Yoochun.
- ¿Chang…min?- Fue todo lo que Hero pudo decir.
Shim Changmin ahora estaba recostado sobre su cama. Pero ahora ya no estaba enojado. Se sentía extraño. Frustrado, alterado, pero no enojado. No tenía ganas de hacer nada. Ni cantar, ni bailar, ni reir, ni llorar, ni hablar, incluso ni de respirar.
Miró el reloj en su mano izquierda, marcaba las 18:04pm. Ahora debería estar arreglándose para ir a ensayar. Pero realmente no tenía ganas. No estaba cansado como había dicho reiteradas veces en el día. Eso era sólo una mera excusa para que notaran su odio encontrado hacia la fea periodista que los entrevistó un rato atrás. Al contrario. Sentía que su cuerpo no podía estar más ligero. Pero aún así, no tenía intenciones de moverse si quiera para acomodarse mejor en la cama.
- Min…- Lo llamó Yunho desde fuera de la habitación. Hubo un silencio incómodo- Nos iremos a ensayar ya. – Dijo, más bien, ordenó el líder.
- Váyanse- Respondió secamente, y apenas. No quería hablar.
- Tienes que venir- Le rogó.
- No quiero hacer nada, déjame- Ni siquiera se molestó en tratarle con respeto. Y no es porque estuviese enojado, es sólo no tenía ganas de nada.
Perezoso
Yunho comprendió muy bien que Changmin no iba moverse de donde estaba, que seguramente era su cama. Por otro lado, pensó en lo sucedido hace unos minutos. Jae debía estar en shock, y Changmin aún cabreado – eso creía Yunho- no era la mejor de las ideas juntarlos.
- Esta bien, quédate.- Le dijo calmadamente- Pero mientras estés aquí, quiero que pienses en lo que le hiciste a Jaejoong.
Hubo otro silencio. Max pudo oír claramente los pasos de su líder. Luego oyó un lejano “nos vamos”, murmullos, más pasos. Paf. Y la puerta al cerrarse. Se habían ido.
<>Pensó el joven.
Seguía recostado en su cama, mirando el techo. Disfrutando de su tiempo de ocio. De haber sido un día normal, ahora mismo Changmin sería el primero en pisar el salón de baile. Sería el primero bailando, el primero dándolo todo, el primero en frustrarse al cometer un error. Pero hoy, su vida giraba en torno a miles de otras cosas, que al final, se reducían a una sola.
“Pero mientras estés aquí, quiero que pienses en lo que le hiciste a Jaejoong.”
Hero Jaejoong. El hombre más sexy de Asia. Todo era por su culpa. Primero la reportera, después los zapatos, y ahora esto. Y ahora, no estaba…Se incorporó, y miró su velador. Allí había una foto de los cinco. Yoochun sonreía al lado de Junsu, luego Yunho haciendo una pose graciosa, y por ultimo, él y un lindo rubio que pasaba su brazo por detrás de sus hombros.
De pronto, miles de momentos vividos con aquella persona vinieron a su mente. Momentos divertidos, como cuando presentaron su Couple Talk, Soulfigthers. Otros tristes, como cuando despertó tarde una noche, y se largó llorar en los brazos de Hero, porque extrañaba a su familia. Otros felices, como cuando ganaron “Mejor album del año”, esa vez también lloró, pero de felicidad.
Lo quería. Lo quería sólo para el. No para Micky, ni para Junsu, ni para Yunho, ni para su manager, ni para sus fans, ni para la fea y tonta reporterade hace un rato.
Lo quería todo. Sus ojos, su pelo teniñido, su pelo natural, su boca, su nariz, sus orejas, sus manos, su cuerpo, ¡sus pies! Su voz…Todo. Quería a Hero Jaejoong para el sólo, para nadie más.
Avaricioso.
Y entonces, como si despertara, como si hubiera vuelto a nacer, lo recordó…
- No soy un bebé ¿si? – Estaba alterado. Sin pensar si quiera, golpeó la mano que su Hyung había extendido para acariciarle.
- Max, cálmate. – Le pidió Yunho.
- Oye, eso dolió…Minnie.- Jae se sobaba la mano, mirando preocupado a su agresor.
- Changmin…- empezó Junsu
- Junsu, no me hables- Lo calló – Ya todos déjenme en paz
Se sentó de golpe. Paso una de sus manos por detrás de su cabeza, nervioso. ¿Le había pegado a su Hyung? Entre avergonzado y enojado consigo mismo recordó “…lo que le hiciste a Jaejoong”… ¡A eso se refería!
Changmin no lograba entender como es que ahora se venía a dar cuenta de lo hecho hace unos minutos. Y no sólo le había pegado, también le había dicho cosas horribles.
- Demonios – Gritó tomando una almohada de su cama para después lanzarla con fuerza hacia quien sabe donde.
No iba a contenerse. Sabía que estaba solo en la casa, y necesitaba llorar. De pena, de vergüenza, de rabia…
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El chico se levantó como pudo, las lágrimas corrían desde sus ojos, y se perdían en su rostro. Abrió la puerta de su pieza pesadamente y se dirigió a la cocina. Iba a comer. O a beber. Lo primero que se le presentara. No sabía porque. Quizás era porque comer era algo que disfrutaba, o para pensar en otra cosa, o simplemente por copiarle a la chica de la novela de la semana pasada, que comía helado para ahogar las penas. Tal vez funcionaba con el también.
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Ya iba en su sexta lata. Y su llanto aún no cesaba. <
Gula
- ¿Por qué?- Se preguntó. Su voz quebrada y sus ojos hinchados, además de mojados. Ya habrían paso unos veinte minutos, y lo único que había logrado era comer, comer, y comer. Su pena, su rabia, su vergüenza, seguían tan presentes como las lágrimas en sus ojos.
Estaba concentrado en si mismo, y en buscar respuestas, que no escuchó cuando la puerta de entrada se abrió.
- ¿Estás bien? – Peguntó Yoochun a su compañero. Ya iba por su tercera caída.
- Si…- Respondió. Obviamente era una mentira.
- Oye, si sigues así te vas a terminar lastimando.- Le dijo su líder.
- Lo sé, lo siento…Es sólo que…-
- Yo sé lo que te pasa. Estas aquí pero tu cabeza esta en otro lado ¿No?- Yoochun siempre daba en el clavo – ¿Es por él, no?
-S..Si…-
-Entonces vete ¿Qué esperas?- Le dijo Yunho. El caído se levanto, y con una leve sonrisa se fue corriendo, dejando a tres chicos preocupados – Pobrecito…-
- ¿Crees que estará bien?- Preguntó una voz de delfín-
- Esos dos tienen mucho de que hablar.- Sonrió para si el líder.
Changmin lanzó la séptima lata de cerveza contra la pared. Era increíble, se seguía sintiendo sobrio. Ni si quiera sentía los efectos del alcohol.
-Minnie…- Lo llamó una voz tras él.
-Hyung…- Pronunció sorprendido al darse la vuelta.
Frente a sus ojos, entrando por la puerta de la cocina estaba Jaejoong. El mismo Jaejoong al que había golpeado, el mismo al que había gritado duras palabras. Estaba ahí…
- Pobrecito, mírate estás llorando…- Dijo preocupado. Como si nada hubiese pasado.
- Hyung yo…- Iba a decir algo, pero el mayor lo calló poniendo su dedo índice sobre los labios de Max –
- ¿Qué te pasa?- Preguntó con preocupación en sus ojos.
Pasó sus manos por el rostro del menor, secando sus lágrimas. Changmin estaba sorprendido. ¿Por qué? Si el lo había agredido, lo había tratado de una manera horrible.
- Jaejoong, no…- Dijo el más alto. Se alejó de su Hyung como pudo.- ¿Por qué? Yo…Yo te golpee. – Miró la mano aún inflamada del rubio.
- Minnie…Es verdad que en ese momento, tuve miedo. Y me dolió…-Le dijo con voz suave- Nunca te había visto tan enojado… Cuando nos fuimos a ensayar, no pude concentrarme…- confesó, acercándose gradualmente a su compañero- ¿Es mi culpa que estés así no…? Algo te hice…Changmin, por favor. Dime.
- No puedo…Yo…-
- Por favor…-
- ¿Para qué quieres saberlo? No fue tu culpa, fue mía, con eso basta- Le dijo, no quería confesarle aquello que llevaba guardando todo este tiempo-
- Me preocupas- Respondió. Ahora el rubio acorralaba a Changmin contra la pared de la cocina
- Esta bien, esta bien…Hyung…- Era difícil, pero era aún más complicado decirle que no a Hero, cuando esos ojitos bellos lo miraban rogándole que lo hiciera.- Yo hoy día en la entrevista…Esa fea y tonta mujer no paraba de mirarte y tocarte…Y hacerte cosas que yo jamás podría hacerte. Eso me sacó de quicio.
- Min…-
- Te amo.- Dijo, casi al borde de las lágrimas. Pero se contuvo. No iba llorar por segunda vez en el día, y menos frente al rubio.
Jaejoong quedó en estado de shock – por segunda vez en el día- Max acaba de decirle que lo amaba…
Jaejoong quedó en estado de shock – por segunda vez en el día- Max acaba de decirle que lo amaba…
- Por eso, lo siento mucho. Yo jamás quise golpearte, nunca quise hacerte daño…- Su voz se quebraba pero aún así se mantuvo firme.- Eres lo más importante… para mi, te juro que si hubiera estado en mis casillas yo no te hubiera puesto un dedo encima, Jae…- Iba a seguir, pero fue interrumpido por aquella angelical voz que tanto adoraba.
- Te perdono…- Dijo en un hilo de voz. Ahora era el mayor quien lloraba-
- ¿Por qué lloras?- Ahora si estaba preocupado. Sería la segunda vez que dañaba a su amado Jaejoong en el día
- Por que…porque te amo Min.- Confesó- También te amo…- El rubio trataba de secar sus lágrimas, pero estas tenían otros planes. No supo en que momento Changmin había posado sus cálidas manos sobre sus mejillas.- Es lo más lindo que me han dicho en mi vida Max…-
Lentamente, el mayor juntó sus labios con los virginales labios del menor, que aunque sorprendido, se sintió como en el cielo.
Los labios de Jae sabían a frutilla. Eran suaves, y deliciosos. Changmin podría jurar que ya era adicto a ellos. Pasó sus manos por la cintura del rubio, mientras este pasaba sus brazos por alrededor de su cuello, profundizando el beso, juntando aún más sus cuerpos, si querer convencerse de que más juntos no podían estar.
De un tierno, lento y tímido beso, paso a ser uno salvaje. Se deseaban, eso era claro. Tanto tiempo reprimiendo sus sentimientos. Tanto tiempo deseando tocarse como lo hacían ahora…Todo se sentía caliente, pero así estaba perfecto.
Algo que no se esperaban, era que Changmin decidiera tomar la iniciativa, mordiendo el labio inferior de su compañero para pedir el preciado acceso a su boca. Acceso que fue otorgado tras un gemido por parte de Jaejoong. Ahora la lengua del pequeño exploraba la húmeda cavidad que era la boca del mayor, arrancándole uno que otro suspiro de placer. Y por otro lado, su mano izquierda se abría paso entre las ropas de Hero. Cuando por fin logró tener contacto con su ahora caliente piel…
- Mmm…Minnie...Aquí no …- Dijo tratando de no separar mucho sus labios.
- Pero Jae…Ah…- Se quejó, y trató de hacerle cambiar de opinión jugando descaradamente con sus pezones.
- Ah…Vamos a mi pieza…- Sugirió, tratando de contener sus gemidos.
El más pequeño de los TVXQ no quería ir a ninguna parte. Sólo tenía una cosa en mente <>. Lo quería, lo amaba, lo deseaba. Y le importaba poco si eran dos hombres, le importaba poco si esta terminaba siendo su primera vez, y le importaba aún menos si lo terminaban haciendo en la mesa de la cocina, en el piso o en una cama. Ansiaba estar piel con piel, sin pudores, sin preocupaciones, sólo ellos dos.
Lujuria
- Minnie…- Lo llamó de nuevo- Por favor…- Jae hacía un enorme esfuerzo por controlar sus acciones, y es que Changmin era demasiado bueno para ser virgen.
Aquella forma de pronunciar su nombre estremeció al más alto de los dos. Ya no podía seguir negándose. Por mucho que quisiera tenerlo en ese mismo instante, era inútil si se lo pedía su querido Hero.
Tras unos minutos de intensos besos, ambos ya se hallaban recostados sobre la cama del mayor, en una pieza cerrada con seguro. Changmin seguía teniendo el control, sacando si mucho esfuerzo la apretada- y provocativa- camiseta de su Hyung, revelando sus trabajados pectorales. Sin duda, lo mejor que había visto en toda su vida. Como si supiera de antemano lo delicioso que sabría la blanca piel de Jaejoong, el pequeño no dudó en comenzar a besarlo. Partió desde su cuello, y luego bajo hasta sus hombros…
- Hmm.- Gimió Jae al sentir como su ahora amante dejaba una marca roja en su piel.- Min…- Se quejó infantilmente.
- Eres mío- Suspiró con voz ronca. Cosa que al mayor le pareció de lo más sensual – y porque no decirlo, excitante-
En la habitación sólo se escuchaban las agitadas respiraciones de ambos, los suspiros y gemidos de placer. Max aún estaba sobre su amado Hyung, jugando con su pecho, besando, lamiendo, mordiendo todo a su paso. Pero quería más, mucho más. Bajó su mano hasta la entrepierna de Jae, buscando sacarle los molestos pantalones. Eso hasta que Jaejoong dio vuelta la situación.
- Changmin…Ah- le dijo al oído. Acto seguido lo besó, para luego quedar sobre él.
- Jae…- Se quejó como pudo.
- Tranquilo…- Le sonrió dándole un tierno beso en los labios. - Quiero que tu primera vez sea especial, que no la olvides jamás - Le dijo poniendo la cara más dulce que había visto, pasando su mano por la mejilla del chico. – Te amo –
- Yo a ti…-
El tiempo pasaba, y eran ahora los gemidos de Changmin los que resonaban sin control. El roce de ambos cuerpos desnudos, las caricias de Jaejoong, los suspiros, el escucharle pronunciar su nombre casi sin aliento, todo lo volvía loco.
Esa tarde ambos se entregaron al amor. Y nada ni nadie podrían opacar nunca ese recuerdo. No estaba seguro de cuanto duraría su relación, tampoco estaba seguro si era posible algo tan perfecto, sólo había una cosa clara...
Shim Changmin era un pecador. Se había entregado por completo al pecado. No le importó si se quemaba o no en el infierno, si el cometer tales accciones lo hacían llegar al cielo. ¿Qué paraíso? Si lo que buscaba no era la paz eterna, si no sumirse en su locura. Y por eso, al diablo la moral, iba a seguir pecando hasta el día de su muerte.
Kim Jaejoong.
- Te amo – Susurró. Un lindo beso en la mejilla fue lo que recibió.
- Yo te amo más Jae.-
Fin
1 ♥Comentarios♥ :
awwww que hermosoo jaeminn!! u//u aunque dejame decirte que jajeoong es todo una tentacion para pecarrr *w* ...
awwww!1 hermoso hermosoo!! gracias pro al historiaa!! n.n