2 sept 2009

La escencia en el atico

Titulo: La escencia en el atico
Autor: Rebeca
Pareja: Yunjae




Yunho

Lentamente fui abriendo los ojos, esperando que, en cuanto los abriera me encontrara en otro lugar con otra vida. Pero nunca era así. Eso solo sucedía o en los dibujos animados o en los sueños.
Ahora mismo me encuentro en una pocilga de hotel que solo tiene tres habitaciones y un ático al que no permiten subir a nadie. Os estaréis preguntando por qué me encuentro en esta situación. Pues, a los 15 años mis padres me vendieron a uno de los hombres más ricos del centro de Japón. Dirige la gran mayoría de hoteles, restaurantes y club nocturnos de Japón. Y también es mi “dueño”. Mi trabajo es como así decirlo vender mi cuerpo a aquellos que son capaces de pagar lo que valgo, que son los traficantes o los niños ricos. Soy uno de los hombres más cotizados de todo Japón. Cualquiera pagaría y haría lo que fuera por una noche conmigo, una de mis caricias, de mis miradas….aunque ya no es lo de antes. EL enemigo de mi jefe…el único capaz de competir con él también “posee” a uno de los hombres más cotizados. Quien es?ni siquiera se como es ni como se llama. Lo único que se de él es que es un demonio disfrazado de ángel, con una de sus miradas ya caes en sus redes y una de sus caricias es capaz de llevarte hasta el cielo y un beso hasta el mismísimo infierno.
Debido a esta gran competencia, una que ambos jefes no se pueden permitir, han decidido acabar con cada uno de nosotros. Por eso mi jefe me mantiene escondido en este hotel de mala muerte hasta que todo esto acabe, que será cuando encuentre a mi adversario.
-Que perdida de tiempo-me encontraba en la cama, con solo una sabana tapando mis partes. Encendí el televisor e hice un poco de zapping.-no hay nada!!
La puerta se abrió de golpe, eso hizo que me sobresaltara.
- Hola mi número uno, cómo estas?-mi jefe había entrado por la puerta con otros dos hombres vestidos con trajes negros y cargados de bolsas.- Te traigo comida, ropa y unas cuantas revistas para que te entretengas.
- …-no dije absolutamente nada.
- Por lo menos podías dar las gracias-me sujeto de un brazo y apretó fuerte. Le mire con furia.
- Gracias?-me deshice bruscamente de su agarre y enroscando la sabana a mi cintura me levante-quieres que te de las gracias?¡por qué?¡por mantenerme encerrado durante 2 semanas en este hotel de mala muerte, escondido como un perro cobarde de unos tipos que me quieren ver muerto por qué les hago competencia?
Se puso enfrente de mi
- Deberías darme las gracias chico, por seguir aún con vida.
- Es por tu culpa que estoy en esta situación, es por tu culpa por lo que tengo esta miserable vida desde los 15 años…no creo que te deba dar las gracias.-realmente le odiaba pero me odiaba mas a mi mismo por no enfrentarle y escoger como vivir mi vida.
- Ja!! Hasta dentro de otras semanas, Yunho.-salió por la puerta con los otros dos hombres.
- Aaaah!!-me estaba volviendo loco con aquella situación. Con mi reacción e echo a reír y cerró la puerta.
oí como se cerraba la puerta y como la llave giraba dejando me encerrado aquí. Pero aún así podía salir, ya que, hace tiempo había mandado hacer una llave maestra. Me gustaba estar solo y muchas veces escaparme a ver a mi familia. Cada vez que los miraba desde la oscuridad de alguna sombra, sonriendo tan felices como si no hubiera pasado nada. Me hacía hervir la sangre. Cómo me lo podían haber echo? Tantas veces me lo preguntaba, que, la presión de saber aquella respuesta me incitaba ira allí a preguntárselo pero…como le hablaría?, como reaccionarían¿?,me reconocerían?¿. Y debido a estas dudas, no conseguía hallar esa respuesta.
Me di una ducha rápida. Me cambie de ropa y puse una sudadera con capucha, que me puse para salir a la calle. Fui hasta la montaña de bolsas que estaban esparcidas por la cama desecha de mi cuarto. Rebusque en las bolsas hasta encontrar una manzana, estaba buenísima. Cogí, de unos de los cajones de la mesita, la llave maestra y el mp4.
Abrí la puerta con cuidado y miré haber si ya se habían ido. No había nadie. Cerré la puerta con cuidado, baje las escaleras y llegue a la entrada.
-Buenos días señorito Yunho!
-Buenas señor dependiente!!
-Va usted a pasear?
-Si, necesito calmarme y despeja la mente….
-Pero esta lloviendo no necesita un paraguas?¿Va a llover…
-No, no hace falta. Por mojarme un poco no me va a pasar nada. Bueno…-puse un casco y encendí el mp4-cuídese!!
-Lo mismo digo, señorito Yunho.
Con una amplia sonrisa me despedí del dependiente, me puse el otro casco, subí el volumen de la música y me sumí en mis pensamientos.
Las calles eran un desastre. Se notaba que me habían instalado en un barrio pobre, todo sucio y lleno de casas abandonadas y algún que otro prostíbulo de los baratos.
Cogí por unos cuantos callejones para dar al centro de la diversión, el sexo y el dinero. El lugar por donde yo trabajaba, el centro de Tokio. Había mucha multitud y eso era bueno para mí, así no me encontrarían, pero…debía seguir ocultándome ya que, podía ser cualquiera. Podían estar observándome ahora, pero la verdad es que ellos no sabían como era ni mi aspecto ni mi nombre, no sabían nada de mí, aún. Eso me decía mi jefe, pero si era así, por qué entonces me encerraba en aquel cuarto y no me dejaba salir, no lo entendía.
Una débil lluvia hizo que por un momento, saliera de mis pensamientos y volviera a la realidad. Me di prisa y fui corriendo hasta el jardín botánico, mi sitio favorito donde te puedes aislar y olvidarte de tus problemas, sin que nadie te moleste. Fui hasta la zona de árboles milenarios. Me saque la sudadera dejando mi torso al descubierto y me eche en al pie del árbol. Y con el final de una de las canciones que sonaban en mi mp4 cerré los ojos.


Jaejoong

Me encuentro desnudo en frente a la ventana. En mi cama, una de mis clientas habituales. Mi jefe me tiene escondido en un edificio de lo más abandonado, todo porque unos hombres me quieren ver muerto ya que me ven como una amenaza. Aunque los que me quieren ver muerto no saben ni mi nombre ni como soy realmente, mi jefe se preocupa igual…..hasta me trae clientes a este lugar viejo, con olor a cerrado para que no pierda, mmmm…como decirlo “mis buenas cualidades ”en el trabajo. Algo que llevo haciendo desde los 16 años, cuando me encontró por casualidad junto a unos cubos de basura, medio muerto. Me enseño este oficio. Mi jefe era el mejor, hasta que le sobre pase…y aunque se que me utiliza para conseguir dinero fue el único que se paró a mirarme, me extendió una mano y me devolvió la vida.
Sentí una mano que rodeaba mi cintura, y la frialdad de unos labios. Mi cliente, una mujer, estaba detrás de mí. Con unas sabanas tapando su cuerpo no dejaba de acariciarme. Odiaba eso, odiaba el rocé de personas era algo que me repugnaba por eso cada beso que recibía los sentía en mi piel como si fueran hielo. Lo odiaba!!
Agarré las manos de aquella mujer haciendo que me soltará, me giré para mirarla y le dedique una de mis sonrisas.
- Lo siento, pero ya te tienes que ir.- la agarré por una muñeca, recogí su ropa y la eche del cuarto.- te puedes quedar la sábana.-iba a cerrar la puerta cuando oí su voz.
- Eres muy grosero y cruel.-agarró su ropa del suelo.-como sigas siendo así nadie te amará, te quedaras solo toda tu vida y nunca conseguirás ningún recuerdo feliz.
- Eso no me importa….-ella quedo sorprendida-amor, recuerdos felices, calidez…-esta última lo dije como un susurró-es algo que no me hace falta para vivir, puedo vivir sin ello…-y cerré la puerta.
- Eres muy frío…
Oí como los pasos se alejaban. Cerré la puerta con llave. Fui hasta el armario y cogí un bóxer que puse encima de la cama, al igual que unos pantalones vaqueros y una camiseta blanca. Le habría al chorro de agua caliente, la regule un poco y me metí bajo el chorro de agua…era tan gratificante. Esta era la única calidez que podía sentir? eso era lo que siempre me preguntaba la verdad. Salí de la ducha y me puse a secar el pelo con el secador. Solamente podría sentir la calidez del agua, la calidez que deja mi cuerpo sobre las sabanas, la calidez del aire del secador….solo ese? Me enfurecí y golpe el secador contra el suelo rompiéndolo en mil pedazos. Fui a la cama y me empecé a vestir…cuando me estaba poniendo los pantalones, y aún ni siquiera me había puesto la camiseta alguien peto. Solo pocas personas sabían que estaba aquí arriba. Mi jefe ya había venido la noche anterior así que hasta dentro de una semana no vendría, así que el que estaba llamando a mi puerta tenía que ser ni más ni menos que….abrí la puerta.
- Buenos días señorito Jae- el señor dependiente ni más ni menos.
- Buenos días señor dependiente, que le trae por aquí¿?..esto pasé, que educación la mía.-le deje pasar. Venía con unas bolsas.-espere que le echo una mano.-cogí alguna de las bolsas.
- Otra vez ha vuelto a romper el secador.
- Si, lo siento mucho.
- No pasa nada... traeré la escoba y lo limpiare.
- De acuerdo, gracias.
Cuando iba a salir por la puerta se giró.
- Algo más señorito Jae ¿?
- Me gustaría preguntarle algo, más bien por curiosidad-él asintió.-Vive alguien más aparte de mí en este edificio ¿’
- Si. Por qué lo pregunta?¿
- Porque había oído voces y me extrañaba ya que cuando yo entre a vivir aquí no había nadie.
- Pues entró poco después de usted. Es un chico joven, como usted, se llama Yunho. Hoy lo vino a visitar un señor de traje negro con otros dos tipos que parecían ser sus guardaespaldas. Recuerdo que venían cargados de bolsas, vienen cada semana.- me dijo.
- Muchas gracias, señor dependiente.
- De nada señorito Jae.-hizo una reverencia y salió de la habitación cerrando la puerta tras de si.
Oí las gotas de lluvia que impactaban contra la ventana, me acerque a ella, y mi mente se inundó de todo tipo de pensamientos aunque la curiosidad por aquel chico se estaba haciendo mayor. Cada vez que pensaba en aquellas palabras “Es por tu culpa que estoy en esta situación, es por tu culpa por lo que tengo esta miserable vida desde los 15 años…no creo que te deba dar las gracias”, me hacía levantar más sospechas.




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Algo me golpeo e hizo que me despertase. Abrí los ojos. Un señor mayor de barba me estaba hablando pero no oía nada debido a los cascos y a la música. Me los quite.
- Señor que vamos a cerrar…
- Qué hora es ¿?
- Pues son las doce en punto.- me levante de un golpe y me puse la sudadera.
- Gracias.-salí escopeteado.
Corrí por las calles mojadas, esquivando a la gente. Me metí por los atajos y fui a dar otra vez al barrio donde estaba mi “hotel”, si se le podía llamar así. Mientras andaba por aquellas destartaladas calles de mala muerte, en el cielo empezaron a verse pequeños destellos, tormenta. No tenía ganas de correr, total mojado ya estaba. Cuando me encontré enfrente de donde me hospedaba, me puse a observarlo, y no se porque se medio por mirar para la parte del ático. No podía verse nada, claro era de noche y solo había dos o tres insignificantes farolas en esta calle. Me reí.
- Que estúpido parezco mirando hacia arriba, como si fuera a ver….-un rayo iluminó el lugar por un momento, mis ojos se desviaron hacía la ventana del ático.-pero que¿?- vi la silueta de una persona en la ventana, y ella también me vio. Solo fue un momento, un segundo…pero lo vi.- jajaja!!- me reí otra vez-es imposible, hay no vive nadie…
Entre en recepción, pero no había nadie. Aunque no le di mucha importancia. Subí las escaleras, saque la llave y abrí la puerta de mi apartamento. Antes de poder entrar oigo un ruido que provenía del hueco de las escaleras que conducían al ático. Entre rápido en el apartamento y cerré la puerta con muchísimo cuidado. Miré por el ojillo de la puerta.
- El dependiente?-era el dependiente. Con una bandeja de platos de comida, pero qué...?
Esto me sacaba casi todas mis dudas. No había sido fruto de mi imaginación, había alguien hay arriba. Y tenía curiosidad por saber que clase de persona vive en un ático y que el dependiente no quiere que sepa quien es.
Abrí un poquito la puerta y saque la cabeza. Ya se había ido. Salí de mi apartamento, y empecé a subir las escaleras que conducían al ático.
Por mucho que intentara ser silencioso, las escaleras hacían aún más ruido. Cada vez me impacientaba más y la curiosidad me carcomía mas por dentro; estas escaleras parecían no tener fin.
Después de unos minutos, vi por fin el final de las escaleras. La puerta estaba entre abierta, solo se podía ver salir un débil pero visible rayo de luz, y sólo se podía escuchar la lluvia que impactaba contra una supuesta ventana, además, de mi respiración agitada. Empuje la puerta con cuidado, y esta chirrió. Aunque estaba todo muy oscuro, cuando mi vista se adapto a la poca luminosidad que entraba por una gran cristalera, pude diferenciar algunos objetos. A mi derecha había una especie de armario empotrado; a mi izquierda una cama que me pareció ver que tenía sabanas blancas puestas…..que cosa, si aquí no hay nadie. Sería el colchón. Me acerqué a la ventana y mire por ella.
- Desde aquí se puede ver más allá de este asqueroso barrio, se puede ver las luces de los grandes edificios del centro de Tokio….me gusta esta vista!!!-posé mi mano sobre el borde de madera de la ventana. Sentí algo frió bajo la palma de mi mano, lo cogí y lo puse a la luz para ver que era.
Era un colgante, al parecer de plata….una hermosa cruz de plata, y en su centro una esfera azul en el medio. La coloque en la palma, y la esfera, al contacto con el calor de mi cuerpo (el calor de la mano) cambio a un color rojizo.
- Es preciosa!!-oí algo que rompía contra el suelo y me giré.
- ¡¡Señorito Yunho!!-el dependiente-qué hace usted aquí?
- Pues…-lo vi muy preocupado. Como temiendo que descubriera algo…- tenía curiosidad. Es que vi a alguien, que estaba aquí arriba y….
- ¡¡Señorito Yunho!!-se acercó a mi, me agarro por la muñeca y tiro de mi-le dije que aquí no había nadie!!venga!!!-aunque no tenía nada de gracia, me hizo sonreír. Esta situación parecía un padre riñéndole a un hijo, era bastante gracioso.

Después de aquella situación volví a mi apartamento, y fui directo al baño. Metí las manos en los bolsillos para sacar el móvil y el mp4, y fue en ese momento, cuando me di cuenta de que traía el collar conmigo. Me puse el colgante para no perderlo y no olvidarme de el, me mire al espejo. Aquella preocupación del dependiente al encontrarme allí arriba solo quería decir una cosa, que allí arriba había alguien. Este juego de descubrir quien era esa persona cada vez se ponía más excitante-además-acaricie el colgante-debo devolverle el colgante….
Me quite la ropa mojada y la tiré en una esquina.
- Fff…-el contacto del colgante frió contra mi piel, hizo que me estremeciera.
Le abrí al agua caliente, y en cuanto la regule le puse el tapón a la bañera. Mientras se llenaba, fui desnudo hasta las bolsas de plástico que estaban esparcidas por mi cama. Las cogí y lleve hasta la cocina, tenía hambre así que aproveche para coger un par de manzanas.

Cuando la bañera estaba lo suficientemente llena, cerré el agua y me metí. El agua estaba perfecta. Cerré los ojos. Silencio todo estaba en silencio. Mientras tenía los ojos cerrados mi mente solo pensaba en como sería el inquilino del ático…y una imagen me vino a la mente….la imagen de alguien asomado al ventana, él. Abrí rápidamente los ojos. Salí de la bañera, me seque un poco con la toalla y me tiré en la cama.
- Hay arriba hay alguien…y descubriré quien es



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Ya había pasado una semana y aun no subía al ático. Aún tenía el collar en mi poder, ahora su piedra en vez de azul era roja. A qué estaba esperando?¿a qué pasara algo para decirme que es hora de subir y ver quien es…debía ser eso.
Aunque ya eran las cuatro de la tarde, aún no me había levantado. Y viendo como estaba el día (miró hacia la ventana en la que impactaba la lluvia), en realidad, me daba pereza. Así que seguí durmiendo.
Después de un rato, el hambre hizo que me despertara. Me estiré y desperece todo lo que pude, mientras, con una mano buscaba el móvil para mirar la hora. No estaba en la mesita.
- Mierda!! lo deje en el baño.-me levante de la cama y fui la baño a coger el móvil. Tenía algunas llamadas perdidas, como siempre. Todas de mis clientes habituales, como me ansiaban.
Fui al armario y cogí unos bóxer, además de un pantalón y unos calcetines. Me vestí y de parte de arriba cogí una chaqueta, total quien me iba a ver. Cuando me disponía a salir por la puerta oí unos pasos y por delante de mí pasó una mujer medio desnuda. Al parecer ni se fijó en mí, a lo mejor ni me vio. La chica venía de las escaleras que daban al ático, realmente había alguien arriba, y esta era la señal. Tengo que subir.
Subí las escaleras todo lo rápido posible, y abrí la puerta de golpe.
-…-un chico….había un chico, al parecer de mi misma edad, sentado en el saliente delante de la ventana donde había encontrado el colgante. Tenía la vista perdida hacia fuera. Estaba desnudo de cintura para arriba…y era muy guapo. Al darme cuenta de lo que había dicho me sonroje.
- Oye, dependiente…hoy no tengo hambre…-el chico empezó a hablar.-..así que llévate la comida.-al no oír respuesta el chico giró la cabeza. Por una parte. Pareció sorprendido al verme allí, y por la otra es como si me estuviera esperando.
Me quede atónito mirándole,…era como un ángel delante de mi. Era guapísimo, tenía el pelo rubio y alborotado, unos grandes ojos y unos labios que parecían de caramelo, grandes y rosados. Nunca había visto un chico igual.
Se fue acercando poco a poco a mí, y se paro a un metro. Extendió su mano y con ella tomo el collar que colgaba de mi cuello.
-Vaya, si es mi collar…-me miró. Yo no era capaz de decir nada estaba paralizado…pero por qué? Volvió a mirar el colgante-la perla es roja…-soltó el collar otra vez. Parecía triste-puedes quedártelo…
-Esper…-no me dio tiempo a decir nada. Aquel chico me besó. Sentía el tacto de sus manos por mi cintura y cuello, era un tacto frió.
Nunca nadie se había atrevido a besarme sin mi permiso, aunque no me resistí a este, me gustaba. Me gustaba el tacto de sus labios de hielo, era diferente, y esto me asustó. Lo aparte de mí de un empujón, el chico sonrió, le había gustado esa reacción.
Desde la puerta oí algo romperse, eso me sacó de mi ensimamiento e hizo que me girará. El dependiente.
-Pero señorito Yunho que hace usted aquí ¿?- miré al chico y luego salí corriendo de allí.



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Jae

- Déjale irse dependiente..-se me quedo mirando desconcertado.- ese chico me interesa…
- Pero sabe que esta aquí..y ese es el chico al que vienen haber esos hombres que le dije-se me acercó.-y si él es el contrincante, el que tanto busca su jefe para matar….y si…
- Pues…me arriesgare-dije mientras me sentaba en la cama.- es problema mío….no te metas.
No dijo ni mu. Se fue por la puerta, estaba cabreado. Aunque sabía que lo que decía podía ser cierto, y yo acabar siendo descubierto y después muerto. Me daba exactamente igual, lo único que tenía en mente en estos momentos era a aquel chico. Su cuerpo desprendía calor, estaba ardiendo. Y cuando toque su cuerpo parecía que me quemaba. Y aquel besó, me gustó…por primera vez no me dio asco tocar a otra persona. Pero lo que más me gusto fue su reacción….y esa reacción, fue la que me hizo tener la gran certeza de que volvería a mi. Para robarme lo que yo le robe, un beso.
Me eche hacía atrás y cerré los ojos.

Yunho

Pase toda la noche en vela, pensando en aquel chico, toque con mis dedos mis labios…y recordé aquel tacto frió, un beso de hielo. Me había gustado.
Me levante de la cama y me di una ducha rápida, luego me senté en el sofá del salón. El tiempo se me pasaba muy lento, así que decidí salir a dar una vuelta para despejar la mente.
Cuando salí por la puerta de la calle y ya llevaba unos metros andados, mire hacia la parte de arriba del edificio. No había nadie en la ventana, era extraño ¿?...
-Dios, que obsesión tengo….-seguí caminando dirección a la gran ciudad. Me puse la capucha para que nadie me reconociera. Este paseo no me estaba haciendo bien…no estaba haciendo que le olvidara, sino que pensara mas en él.
Me paré en seco en medio de la carretera, y después de pensarlo unos segundos, corrí de nuevo hacia el edificio donde me hospedaba. Subí rápidamente las escaleras. Lo había echo inconscientemente, movido por el impulso de volverle a ver. Estaba jadeando muy fuerte, pero aunque intentaba poner la respiración de nuevo normal, no era capaz. Entre en la habitación con cuidado, cerrando la puerta tras de mi. Miré hacia la ventana, estaba empezando a llover…luego mis ojos se dirigieron hacia la cama, donde pude distinguir la silueta de un cuerpo medio desnudo acostado en la cama.

Jae

Aún no estaba totalmente dormido. Y aunque lo intentaba no podía, ya que un ruido extraño, como un jadeo continuo, sonaba en mi habitación. Abrí los ojos y me incorpore en la cama. Miré hacia enfrente, ya sabía de donde provenía ese jadeo continuo. Aquel chico estaba allí, plantado delante de mí, jadeando. Recorrí con mis ojos cada una de las partes de su cuerpo, empapado en sudor. Este chico si que me atraía…me encantaba.
Me levante de la cama y camine hacía él, me pare a pocos metros. Sabía el motivo de porque estaba allí, pero aún así quería preguntárselo que me dijera con sus palabras lo que yo había supuesto.
-A que as venido ¿?-le miré.
-Vengo..-se fue acercando hasta a estar a pocos centímetros de mí cara.-a recuperar lo que me robaste.- Tiro de mi pantalón y me pego a él, puso su mano en mi cuello y me besó. Este beso era profundo, con pasión…y ardiente. Nuestras lenguas se entre lazaban, y nuestros alientos se mezclaban.
Después del beso intento alejarse pero le sujete por la cintura y no le deje marcharse. Él no huyo, le gustaba este juego. Se quitó el mismo la sudadera que llevaba dejando su cuerpo al descubierto. Me sujeto por la cintura y me besó de nuevo. Entre besos y caricias nos fuimos quitando la ropa que nos quedaba, quedando nuestros cuerpos desnudos. Entre todo aquello, que me estaba fascinando y volviendo loco, no me había dado cuenta que ya nos encontrábamos en la cama, y él encima de mi besándome el cuello y acariciando mi miembro. Lo hacía muy bien, era increíble.
- Aah!!..-se me escapó un gemido. Nadie antes había echo que sintiera tanto placer como para gemir. Le miré. Estaba sonriendo, como si hubiera ganado, como si hubiera conseguido lo que buscaba. Aunque, no le iba a dar esa satisfacción Lo voltee poniéndolo a él debajo.


Yunho

Este juego me empezaba a gustar, aunque lo empezaba a tomar en serio. Este chico despertaba algo en mí, un sentimiento que nunca antes había experimentado.
Se encontraba encima de mí, su piel antes fría con el hielo ahora estaba templada. Cogío mi miembro y empezó a masajearlo, mientras su lengua jugaba con mi pezón. Me mordí el labio inferior para reprimir el gemido, pero era algo imposible.
-Aah!!...-sonrió, también consiguió lo que quería. Parecía un profesional, pero, yo también lo era.
Acerque su rostro al mío y le besé. Me encantaban sus labios, sus besos… Mientras nos besábamos el seguía masajeando mi miembro, sentía tanto placer que estaba apunto de correrme…Lo voltee de nuevo, poniéndolo a él debajo. Me situé entre sus piernas, y sujete mi miembro. Poco a poco lo fui introduciendo dentro de él, y empecé a moverme lentamente. Estaba reprimiendo los gemidos, mordiéndose el labio inferior, me encantaba su cara de placer, pero quería oírle gemir con esa voz tan sexy que tiene. Así que le di doble inyección de placer masajeando su miembro. Se incorporó de golpe y se sentó encima. Comenzó a moverse lentamente y luego cada vez más rápido.
-Aaah…aaah….si…-ya le podía oír gemir, y el también a mi-hummm…más rápido…aaah!!
Le agarré por la cintura y comencé a moverme cada vez más rápido, y mientras él, masajeaba su miembro tambien cada vez más rápido. Faltaba poco para correrme y a él también
- aaah...más rápido!...aaah...
- Aaaah!!!- y me corrí dentro de él. Se tiró encima de la cama, seguía masajeándose su miembro. Aparte sus manos. Él me miró y yo mientras le miraba cogí su miembro entre mis manos y empecé a lamerlo como si fuera un helado. Lo introduje en mi boca y comencé a moverme de arriba a bajo. Sentí sus manos en mi pelo y oía sus gemidos de placer.
- Aaah!! Que viene…aaah!!...AAAAAh!!!!!-y se corrió en mi boca. Aunque me quise limpiar no me dio tiempo. Aquel chico cogió mi rostro entre sus manos y me besó. Nuestras lenguas jugaban con aquel jugo blanco en nuestras bocas. Me puse encima de él y nos seguimos besando.




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Jae

El sol que entraba por la ventana me despertó. Esta vez no me desperté de mal humor, y ni siquiera mi piel estaba fría, por primera vez sentía calor, calor proveniente de otra persona.
A mi lado estaba aquella persona, la que me había devuelto la vida y la pasión. Un sentimiento que había dejado en el olvido.
Acaricie su mejilla con mi mano, era tan cálida su piel…intente levantarme pero algo me retenía. Me giré.
-Buenos días…-me dijo con esa voz tan cálida y sexy que tenía. Se incorporó poniéndose a la misma altura que yo, y con delicadeza poso sus labios en los míos propinándome el beso de buenos días. Yo le devolví el beso con tanta pasión como me lo dio él a mí.- Yo me ducharé primero-me dijo mientras se alejaba de mi dirección al baño.
- Ei….-los dos sonreímos.-Este es mi cuarto, mi piso…-me encamine desnudo hacia él…-así que yo primero.
-Entonces…-me agarró de la mano-…nos bañaremos juntos.
Después de que la bañera se llenara, nos metimos dentro, el fue el primero haciendo que yo me sentara en medio de sus piernas. En cuanto me senté, note sus brazos musculosos rodeándome y su cabeza apoyándose en mi hombro. Me gustaba el roce de su piel…por lo que me recosté contra su pecho, descansando mi cuerpo encima del de él. Estuvimos bastante rato en aquella posición hasta que llego la hora de que él se tuvo que ir, y despidiéndose de mi con un beso, salió desnudo por la puerta del baño. Oí el cinturón de su pantalón que chocaba contra el suelo, y más tarde la puerta abrirse y cerrarse. Cinco minutos después me levante de la bañera y salí enroscándome una toalla a la cintura. Oí la puerta abrirse de nuevo.
- Te has olvidado algo…Yu…-no era él sino mi jefe.
- Ola Jae, así que has tenido clientela-decía mientras miraba mi cama desordenada.
- Siempre tengo mi cama así-me puse serio.- qué es lo que quieres ¿?-tiró una carpeta encima de mi cama.
- Ya descubrimos quien es tu contrincante.- me acerqué a la cama, y cogí la carpeta. La abrí, mire la foto, no me sorprendí ya que lo estaba sospechando. Yunho era mi contrincante, eso explicaba lo bien que lo había echo en la cama, y lo experto en como darle placer a la gente…era un profesional.


Yunho

Me tiré encima de mi cama, y miré al techo. Cerré los ojos intentando recordar aquella noche de pasión descontrolada y ardiente, que pase con Jae.
Oí el móvil, mire. Mi jefe me estaba llamando, acepte la llamada.
-Mira el e-mail que te deje…-me dijo.
-Por qué ¿? qué es…
-Si quieres saberlo miralo-y colgó.
-Psss...¬¬ -me levante y fui hasta el ordenador. Lo encendí y conecte el MSN. Hace tanto que no me conectaba que se me olvido la contraseña, pero la tenía apuntada. Puse la contraseña y espera a que entrara. Tenía más de 50 mensajes en el buzón, todas de mis clientes. Busqué la de mi jefe, clique en ella, y me senté a la espera de que cargase.
Un sónido como de una campanita me aviso de que ya había acabado. El mensaje decía que ya habían encontrado e mi contrincante, y me enviaban sus datos y una foto.
-Nombre….-no podía ser, sería una coincidencia. No podía ser él.-miraré la foto…-clique sobre la foto. No era ningunha coincidencia.- Jae era mi otro contrincante, ni más ni menos…
Me vestí rápidamente, me puse la capucha y me dirigí hacia el ático, me encontré con unos hombres trajeados.
-Vaya…un cliente y a estas horas…que trabajador.-dijo uno de aquellos fortachones. Detrás de ellos bajaba un hombre mayor, debía ser ni más ni menos que el jefe de Jae.
Subí el resto de las escaleras y entre en el ático…Jae estaba allí sentado en la cama con un montón de hojas esparcidas por ella.
-Así que ya lo sabes….-le dije.
-Si…aunque ya lo sospechaba. Eres demasiado bueno en la cama para solo ser un chico normal…-se levantó.- a qué as venido ¿?
-Vengo…-echa le valor-vente conmigo!!
-…-me miró-ja!!-se echo a reír-…no voy a ir contigo a ningunha parte!!
-Por qué ¿?-me puse enfrente de él, le agarré la mano…él me miró.-vente conmigo, nos iremos de aquí muy lejos. Desapareceremos.
-No!-se deshizo de mi mano. Miró por el cristal.-te doy 15 minutos de ventaja…luego llamaré a mi jefe y le diré que estas aquí.
-Te…te quiero.-se sorprendió y se giró.
-Me quieres ¿?
-Si… tu a caso no…
-jajaja!!-se volvió hacia la ventana…podía ver su reflejo.-vete de aquí!! Cojé tus cosas, despídete de tu familia y desaparece.
-Despedirme de mi familia ¿?...ya no los considero mi familia…-estaba de broma verdad.
-Por qué ¿?
- Por que qué ¿?
-Por qué ya no los consideras tu familia ¿?
- Porque…porque-recordé aquel momento.
-Porque… ¿?-vio que no decía nada-porque!!!
-Porque me utilizaron como moneda de cambio!!! me vendieron!!! No me querían!!
- Solo por eso…-miré el reflejo de su rostro, me estaba mirando.-ya dices que no te quieren…
-Solo por eso ¿? Me…
- Tu padres lloraron ¿?
-Qué ¿?
-Tus padres estaban llorando cuando te vendieron…
-Pues…-recordé aquel instante en el que me di la vuelta para mirarlos por última vez…-si…estaban llorando.
- Entonces, si te querían…ahora vete y no vuelvas!!
-Pero vente conmigo
-Sigues insistiendo ¿?
- Se que me quieres…ya que aque…
-Aquella noche no fue nada para mi…-miré su reflejo- nada, solo una noche de sexo más, como otra cualquiera…ahora VETE!!!-dijo.
-Volveré!! Te lo juró!!!-salí corriendo del ático, fui hasta mi cuarto e hice las maletas. Luego salí corriendo del lugar, pero antes de perderme por las calles, miré atrás.- Jae, se que mentías. Se, que aquella noche fue la mejor para ti, como un sueño echo realidad y que realmente me amas. Aunque tus palabras decían lo contrario, tu rostro inundado por tus lágrimas me decía la verdad.

Me acerqué a la casa de mi familia. Me armé de valor y pete la puerta. Una señora me abrió la puerta, mi madre.
- Si ¿? necesita algo ¿?
- Esto…-estaba nervioso-esta su marido ¿?
- Claro…pasa.-me invitó a entrar.
Me senté a esperar en el salón hasta que viniera mi padre…
- Hola-me dijo un señor de barba.- me dijo mi mujer que me estaba buscando…
- Si…esto…es que voy a trabajar con usted en la oficina-dios ¡!pero que digo, espero que cuele.
- Ah!! En serio… ¿? Pues no me avisaron…
- Es que llegue antes de lo previsto…
- Ah!!vaya pues llamaré ahora mismo para avisar…-se levanta y va subiendo las escaleras…me queda poco tiempo.
- Quién es ese ¿?-señale una foto mía de pequeño.
- Pues es mi hijo…-coje la fotos-lo echo tanto de menos.
- Donde esta ahora… ¿?
- Pues, -le brotaron las lágrimas-lo enviamos a un lugar, del que nunca nos perdonara por haberlo echo.-siguió llorando-le echo tanto de menos.
- Bueno me tengo que ir…-me levanté y fui hasta la puerta.
- Espere… su maletín.
- Eso es para usted, es dinero…y…-abrí la puerta.-…su hijo la perdona.
- Por qué dice eso…lo conoce ¿? Sabe donde esta ¿?
- Si... si le conozco.
- Donde esta, esta bien ¿?
- …-me giré-adiós, madre.-salí corriendo por la puerta, juraría haberla oído gritar mi nombre, pero, no voltee la vista para mirar. Esta sería la última vez que les vería…no quería que les hicieran daño.





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1 año después…

Yunho

Cada día que me despertaba en este cuarto oscuro, vacío…cada vez que giraba la cabeza y no veía a nadie a mi lado…pensaba en Jaejoong. Su presencia, su piel fría, sus labios, sus caricias….echaba tanto de menos eso, que muchas veces desee dar marcha atrás en el tiempo.
Todos los días era la misma rutina. En cuanto me levantaba de la cama, me duchaba, vestía, bajaba a buscar la comida y subir de nuevo al apartamento. Pero, hoy, no se el porque se me dio por coger el periódico…quería saber que le pasaba al mundo de mi alrededor.
Para hacer que reaccionara, tenía que ocurrir algo, algo grande. Y eso fue lo que ocurrió. La primera pagina del periódico, en letras grandes: “Uno de los peces gordos de Tokio, Hong Lee, entra en quiebra.” Me puse a leer la noticia…mi jefe esta en quiebra, “tan mal le ha ido sin mi?”Eso fue lo que pensé.
Seguí leyendo más abajo hasta encontrar lo que buscaba.
Hatami Fuyiwara…el otro pez gordo de Tokio, gracias a la caída de Hong Lee, cada vez se hace más rico…-Tiré el periódico. Y una sonrisa se dibujo en mi cara.-así que el jefe de Jaejoong ahora es más poderoso…pero…con lo codiciosos que son los de su clase, querrá aún más.

Cogí el primer avión de regreso a Tokio. Y en cuanto llegue lo primero que hice fue ir junto a mi antiguo jefe.
No fue difícil localizarlo, si lo conoces tan bien como yo. Se encontraba en un club de mala muerte bebiendo y bebiendo, parecía que quería morir.
Me senté en el sofá enfrente del de él, me miró, puso los ojos en blanco, parecía haber visto a un fantasma.
Hola…-fue lo primero que le dije, haber si reaccionaba.
Yu…Yunho?..no no puede ser, el alcohol me esta jugando malas pasadas.-se frotó los ojos.
No soy una ilusión…-me miró de nuevo.
Oh dios mío!!!! Yunho…vas… vas a volver conmigo, verdad? Así saldremos de la quiebra-deje que se ilusionara por un momento antes de decirle lo que no se esperaba.- volverás a trabajar para mí!!!?-le miré.
escucha muy bien porque solo te diré esto una vez…-asintió.
Qué pasa? si es por el dinero no te preocupes te pagaré…
Yo, no volveré a trabajar para ti…-borró la sonrisa de su cara, y se dibujo en la mía.-tu serás el que trabaje para mi…puso expresión de confusión.
Qué?¿ qué dices…¿?
Te sacaré de la quiebra…pagando todas tu deudas…pero con una condición..
Trabajar para ti…!!de qué coño me hablas? Y de qué condición me hablas…?
Yo seré el nuevo propietario de todos los clubs, restaurantes…de todo lo que te pertenece.
Como te atreves? Te voy ha…-me levanté.
No estas en situación de amenazarme…sino aceptas esta condición…pues PUDRETE!!!!-empecé a caminar hacia la salida, con pasó lento.
De acuerdo acepto tu condición...-me giré-te lo daré todo.
Bien…y, la prensa no se debe enterar de nada de esto sino.-le miré amenazante-soltaré todos tu tratos sucios incluidos estafas y asesinatos.
Eres un…!
Estafador, cabrón…Lo aprendí del mejor!!!-le miré y sonreí. La primera parte de mi plan ya estaba.

En menos de una semana obtuve los papeles con las propiedades a mi nombre, y la prensa no sabía nada. Eso era bueno.
Espere una semana más, antes de presentarme delante del jefe de Jaejoong.
Le cité en su propia oficina. Ya en su despacho, retiró a sus hombres y yo a los míos, quedando así completamente solos.

Vaya vaya…-dijó él sentándose en su asiento-así que el dueño del otro imperio, ahora eres tú…un puto.
Que será tuyo si aceptas mi trato…-puso cara de confusión.
Y por qué crees que quiero esas propiedades… ¿?
Porque quieres más poder…más dinero…tener todo bajo tu control.
..-no dijo nada.
Quieres escuchar mi proposición ¿?-asintió- mi proposición es, todo este imperio-puse los papeles de las propiedades encima de su mesa-a cambio de la libertad de Jaejoong…
JAJAJ!!a cambio de un puto…que trato más desigual...
Acepta ¿?-le extendí la mano, una mano que el estrecho al momento.
Claro que sí…-sonrió. Me levanté.
Las propiedades ya están a su nombre…
Qué¿?
Es que sabía que aceptaría…ya que usted es más listo que mi jefe.-fui hacía la puerta. Mientras el miraba los papeles de las propiedades…esperaba que no se diera cuenta de la estafa.
Oye…-mierda, ya se dio cuenta.
Si?¿
Quiero preguntártelo…por qué todas estas propiedades por ese puto…solo es un tío cachondo y guapo ¿?
Porque para mí…no es solo un puto.
Salí por aquella puerta victorioso. Aquel tío era imbécil, había cambiado al hombre que lo había vuelto rico por unos papeles que no valían nada y un montón de deudas. Ya que las deudas de mi jefe eran tan grandes que ni vendiendo todas las propiedades se podían pagar. Este pez gordo era el siguiente en caer.
Al poco de tres semanas mi jefe se suicido en su apartamento…y, el jefe de Jaejoong, después de aquella estafa perdió la mayoría de sus propiedades pagando las grandes deudas, llegando a una depresión total y a la ruina.
Ahora debía encargarme de Jaejoong.


Jaejoong

Ya no tengo trabajo. Mi jefe me despidió sin algún motivo, solo me dijo que ya no me necesitaba y me dio un sobre que debía ser abierto el 3 de febrero…por que ese día¿?

Hoy tres de febrero, abrí el sobre.

Estimado señorito Jaejoong:

Soy el señor dependiente. Siento las molestias pero, como estuvimos de vacaciones hasta el día de hoy no le podía avisar. Después de que se marchara del ático dejo varias cosas suyas aquí. Sería tan amable de venirlas a buscar ¿?
Dependiente.


Para esto tanto rollo…-suspiré-tendré que ir a buscarlas.

Cogí un taxi que me llevó hasta la puerta de aquel hotel. En recepción estaba un chico joven.
Hola…disculpe pero vengo a buscar unas cosas que me deje en el ático.-el chico me miró.
Es usted el señorito Jaejoong?¿
Si…
Bien-me dio una llave-suba al ático, enfrente de la ventana están sus cosas.
Gracias.

Subí hasta el ático. Abrí la puerta y miré dentro. Un montón de recuerdos me vinieron a la mente de aquel lugar…recuerdos cálidos, recuerdos de Yunho. Fui rápido hasta la ventana, no quería estar más en aquel lugar, no quería derramar más lágrimas. Pero al ver lo que había en la ventana no pude evitar derramar alguna que otra lágrima.
EL collar que llevaba Yunho, mi collar estaba allí. Por qué ¿? Por qué me duele tanto el corazón…que es este sentimiento…
Tan concentrado estaba en saber que era es sentimiento que no me había dado cuenta de que alguien se acercaba por detrás y me había envuelto en un abrazo cálido. Sentí que apoyaba su cabeza en mi hombro.
Te prometí que volvería…y lo he hecho. Te e echado tanto de menos…-me giré para mirar quien era…sin deshacer aquel abrazo cálido.
Yunho…-posé mi mano en su rostro. Realmente era Yunho. Me acercó más a él…rozando así nuestras caderas una contra la otra. Y me besó, un beso brusco y a la vez delicado…un beso ardiente.

Ahora si sabía de que era aquel sentimiento, estaba enamorado profundamente de Yunho le amaba. Le quería.


Fin




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2 ♥Comentarios♥ :

Kim Chulhee dijo...

OMG!!!!!!!

Es tan genial que se me ha hecho cortiiisimo!!!!
Asdfavsdafvsbshjshv!!!!.....*¬*

XD

Me encanta....hay que hacer segunda parte: como les va después de un tiempo....*se lo imagina*

jajaj

yaritza dijo...

aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!
hermoso.
esto es amor...
xDD

aa puros suspiros estoy dando.

:a   :b   :c   :d   :e   :f   :g   :h   :i   :j