5 may 2009

LA SEDUCCIÓN DE MIROTIC





CAPITULO 1. ATADO



Desde que comenzaran las grabaciones del videoclip, el líder sentía esa atracción salvaje hacia su amigo, es que era inevitable que su vista no se perdiera en ese cuerpo más hermoso que nunca, con sus brazos tan marcados, los pectorales tan definidos, ese corte en sus lacios cabellos oscuros, tan brillante y sedoso; ese porte cada día más maduro y su mirada tan sensual al hacer cada toma, así las hubiesen repetido una y mil veces antes de que el videoclip quedara perfecto.

Había sido una tortura para sus ojos observarle cada día que durara la realización del gran lanzamiento de su nuevo álbum “Mirotic”, esa palabra que sonaba tan excitante; además que era cierto que la letra contenía tanto, era una clara invitación a enamorarse de ellos, a caer seducidos por su encanto. Pero la idea no debería de haber sido que él cayera presa de las redes de su propia telaraña, perderse entre los pasadizos de su propio laberinto de emociones.

Deseando más que nunca poder poseer ese cuerpo que ya ha osado arrancarle suspiros y lo ha atrapado en sueños húmedos demasiado delirantes. Cómo evitar tener fantasías subidas de tono con un Jae atado a una improvisada pared rocosa, quedando a su entera disposición, limitándole la defensa, pudiendo obtener de él lo que anhela.

Pero... porqué dejarlo solo en fantasías... porqué no tener lo que desea...

- recuérdame porqué estamos en el set a estas horas de la noche, Yunho... – pidió un JaeJoong notoriamente intrigado, le había dado mala espina desde que su amigo le dijera que lo acompañara porque había olvidado algo. Desde cuándo olvida cosas si es el primero en decirles , además, qué apuro de ir siendo pasadas las once de la noche, podría haber esperado al siguiente día. Y para rematar, qué necesidad había de que lo acompañara, ni que se lo fueran a secuestrar en el camino, y el velador los conoce y les permitió fácilmente la entrada...- hay algo raro con Yunho... – pensó, no solo porque el moreno no le respondió, sino porque ahora se encontraban en esa sección del set donde él hiciera su solo del videoclip atado a esa pared de aspecto rocoso.

- aguarda aquí, ya vuelvo... – apenas le dijo cuando se perdió por un pasillo oscuro. Jae entonces se dio cuenta de que había poca luz en todo el lugar.

- cómo se supone que va a encontrar lo que olvidó si no prende las luces... – en cuanto esas palabras abandonaron su boca, sintió cómo cubrían sus ojos con algo, un trozo de tela suave. Se asustó de inmediato, hasta que...

- tranquilo, soy yo... – reconoció la voz del moreno en su oído, hablándole con un tono sensual que lo descolocó, sintió cómo el moreno ajustó suavemente aquella tela tras su nuca, sin hacerle daño.

- de qué se trata esto, Yunho... – cuestionó algo alterado, es que ahora sentía cómo su amigo lo conducía hasta recargarlo contra la pared, y de igual forma ató sus muñecas, flexionando sus brazos ligeramente a los lados (n/a como en el video pues n_n)... – qué haces... – volvió a preguntar, más asustado que nada.

- shh, no te haré daño, JaeBoo... – volvió a susurrarle, pasando lentamente sus manos por los brazos del mayor, acariciando su piel, había convencido a Jae de vestirse de la misma manera, con esa playera sin mangas y su pantalón oscuro.

- Yunho?... – lo llamó el mayor, moviendo su rostro hacia los lados como intentando ver, pero era imposible por la cinta que cubre sus ojos. Sentía las manos del moreno recorrer lentamente su cuerpo, acariciando con tacto suave la piel expuesta en su rostro, su cuello y sus brazos.

- Jae... Mirotic ha logrado su hechizo en mí... – comenzó a decirle, pasando sus manos ahora por debajo de la playera, palpando sus pectorales, delineando cada detalle en ellos... -

- eh?... – murmuró el mayor, comenzando a suspirar por las caricias que le eran entregadas, sin siquiera darse cuenta de que no protesta, de que lo disfruta.

- te deseo... – paseó sus dedos por los labios del mayor, sintiendo descargas eléctricas por todo su cuerpo, tal como le pasara a él... – estoy loco por ti... – tomó un paso más cerca de él, acercando sus labios a los del mayor, rozándolos apenas, sintiendo temblar a Jae y respingar con sorpresa por su acción.

- qué... qué significa esto, Yunho... – aunque parecía más que claro que lo que el líder deseaba era poseerlo, el mayor esperaba que fuera algo más que simple deseo carnal, no pensando tampoco en sus propios sentimientos, simplemente se ha sentido bien a lado del moreno siempre... -

- que, estoy enamorado de ti, Boo... – retiró la cinta de los ojos del chico, mirándolo con deseo, en el fondo de esa necesidad carnal, un sentimiento brillando en sus oscuros ojos... -

- Yunho... – el mayor hizo el amago de acercar una de sus manos para acariciar la mejilla del menor de los dos, pero la soga que lo mantenía atado se lo impidió... – suéltame, Yunho... – el moreno negó con la cabeza...

- eres mi esclavo... – le dijo con una sonrisa lasciva, fuego puro ardiendo en su mirar.

- per... – sus labios fueron atacados por los del moreno, besándolos con desespero, con ansia, reclamando la entraba en su boca, misma que se le permitió sin mucho rodeo.

Sus lenguas se encontraron para entrelazarse con fogosidad, músculos vivos que luchaban por dominar la acción, por exponer con sus embestidas y enredos la pasión latente en sus cuerpos. Las manos del moreno tomaron a Jae por la nuca, profundizando salvajemente ese apasionado beso, cortándoles la respiración más rápido de lo que esperaban. Se separaron con la respiración descontrolada, sus rostros cubiertos de un tono rojizo producto de la excitación y el propio sentimiento que ambos estaban aceptando en esos momentos.

Sin más palabras de por medio, el moreno coló sus manos otra vez bajo la playera del mayor, arrancándole gemidos suaves que poco a poco irían aumentando en intensidad. Besando su cuello, lamiendo su blanca piel, disfrutando de su sabor, de su aroma.

Jae hacía intentos instintivos por mover sus manos, pero cada vez se veían frustrados por las molestas sogas que lo mantenían prisionero y a disposición de su “dueño”.

Dada su posición, también se volvió imposible retirar la playera por sobre la cabeza del mayor, así que, en un arranque demasiado salvaje y erótico, el moreno la rasgó de un tirón, dejando así al descubierto el pecho tan marcado de su Boo, todo el ejercicio había hecho de su cuerpo un monumento a la sensualidad masculina.

- Yunho, quítate la playera, por favor... – es que el mayor también quería deleitarse con la figura de su amante, pero estaba decidido a seguir atado, ver hasta dónde sería capaz de llegar el moreno manteniéndolo como su esclavo.

El líder sonrió con picardía, se sacó la playera y después se pegó al cuerpo de Jae, el contacto piel contra piel los hizo gemir, mientras compartían más besos y las manos del moreno seguían su camino de caricias por el pecho y la espalda del mayor. Callando los gemidos más roncos con sus besos, disfrutando del erizar de la piel blanca contrastando con la suya de un tono más bronceado. Comenzando a perlar sus cuerpos en sudor, delirante reflejo del calor que se incrementaba en ambos.

De un momento a otro sus manos se deshicieron del pantalón y la ropa interior del mayor, dejando expuesta su desnudez total, admirando su miembro ya erecto, avergonzando a Jae por saberse observado de esa forma tan lujuriosa por parte de su amante. Inconscientemente volvió a intentar mover sus manos, por su mente había pasado la idea de cubrirse, pero no solo quedó en el olvido cuando sus manos continuaron atadas a la pared, sino también cuando las manos del moreno fueron a parar a su erección masajeándola suavemente, arrancando más gemidos de su garganta.

- mmhhh... aahhh, así, Yunnie... mmhhh... – el mayor cerró los ojos rendido a las oleadas de placer que viajaban por todo su cuerpo.

- te gusta, Jae... – le habló al oído, esa voz sensual resonando en sus tímpanos. Una de sus manos acelerando el ritmo, la otra tocando otros lugares de su cuerpo, dedicando especial atención en su trasero.

- mmhhh, sí... – Jae se mordió el labio inferior para callar un grito que luchaba por escapar de su garganta, gimió más fuerte cuando la erección de su amante comenzó a rozarse con la propia... – ah, dios, Yunnie...

- aahhh, Jae... mmhhh... esto es... excitante... – articuló entre gemidos el moreno, ahora masturbándose a sí mismo, aunque su erección solo salía de entre su ropa interior y el pantalón, a la par que masturbaba a su amante, separándose de su cuerpo lo suficiente para poder llevar a cabo esa delirante actividad...

- aahhh, sí... si me sueltas, pue, mmhhh, puedo hacerlo por ti... – el mayor vio esa escena y deseó enormemente que fueran sus manos las que dieran tremendo placer al moreno.

- mmhhh, no... aún no... – Yunho dejó su miembro, se arrodilló frente a Jae y metió su palpitante erección en su boca...

- mmhhh... aahhh, así, Yunnie... más... rápido... – dejando de lado todo pudor, el mayor se entregó por completo a los deseos de su “dueño”, sintiendo sus piernas flaquear de placer.

Sentir la lengua de Yunho acariciando toda su extensión, lamiéndolo como a su dulce favorito, besando con lujuria, dándole especial atención a la punta, succionando fuerte de ella cuando subía, llenándose la boca cuando bajaba, sintiendo que llegaba hasta el fondo tocando su garganta. Era como flotar en el viento, era una sensación deliciosa de libertad, de estar libre de ataduras, de poder sentir sin límites, sin preocupaciones, solo disfrutando de esa delirante pasión. Sintió que una oleada de calor se concentraba en su bajo vientre, miles de impulsos eléctricos viajando por su cuerpo, preparándose para el momento final... gimió con fuerza cuando ese calor se liberó a través de su esencia, su cuerpo temblando por el orgasmo, Yunho tragando todo, limpiándole con su lengua, saboreando su semilla como si fuera su postre favorito.

- sabes delicioso... – le dijo antes de volverlo a besar con desenfreno... – quiero terminar, Jae... – al mayor le quedó claro a lo que se refería cuando el moreno se deshizo de una vez de sus pantalones, quedando completamente desnudo ante él, después puso ante su boca tres de sus dedos. Sin pensarlo, porque deseaba tanto como él que terminara con ese acto, atrapó esos dedos entre sus labios, humedeciéndolos sensualmente, mirando con picardía a su amante, que gemía suave por la forma en que acariciaba con su lengua sus dedos apresados en su cavidad.

- más te vale que lo disfrute, porque se que duele al principio... – advirtió con sonrisa lasciva el mayor, liberando los dedos de su amante.

Yunho se colocó en medio de las piernas de Jae, bajó su mano hasta la entrada del mayor y comenzó a dilatarla, metiendo lentamente primero un dedo, haciendo círculos para lograr su objetivo más rápido y menos doloroso. Jae gesticuló con incomodidad al principio, el dolor era casi insoportable, algunas lágrimas bajaron por sus mejillas, el moreno las besó despacio, mientras besaba a su amante con dulzura y dejaba que sus labios viajaran hasta su oído para susurrarle palabras de seguridad y amor. Pronto agregó un segundo dedo, sintió que su amante respingó pero sus gemidos ya no eran solo de dolor, había placer mezclado en ellos. Un momento después el tercer dedo se unió a los otros, ahora entraban y salían con mayor facilidad, cuando vio que su amante gemía solo de placer, retiró sus dedos, tomó las piernas del mayor y las colocó a cada lado de su cintura, inmediatamente Jae las enroscó celosamente, ambos respirando agitadamente porque la erección de Yunho quedó lista en su entrada.

El moreno comenzó a introducirse despacio, agarrando con fuerza las caderas del mayor, gimiendo a su par. Es un pasaje estrecho pero que lo llena de placer, apretando con sus paredes su miembro. Casi toda su erección estaba dentro de Jae, esperó unos instantes a que se acostumbrara a su intromisión.

- estoy listo... – le susurró el mayor, deseoso de sentir las embestidas contra su cuerpo.

Mismas que no se hicieron esperar, porque apenas salieran las palabras de su boca, el moreno ya estaba embistiéndolo, despacio, lento, buscando el vaivén adecuado para que ambos sintieran el mismo placer.

Poco a poco los gemidos se hicieron más roncos y prolongados, algunas palabras sueltas se escuchaban entre suspiros y gritos , incluyendo sus nombres dichos una y otra vez con éxtasis. Las oleadas de placer recorriéndolos incesantemente, cada vez más delirante conforme Yunho llegaba más profundo en su interior y sus caderas chocaban con cadencia, el calor de sus cuerpos a tope, sus pieles completamente cubiertas de sudor brillante con la poca luz que iluminaba aquella habitación.

El moreno tomó nuevamente el miembro de su amante, que respondió rápidamente a sus caricias a pesar de haber tenido un orgasmo apenas hace unos instantes. Inconscientemente el mayor seguía haciendo intentos por usar sus manos, quería abrazarse al cuerpo de Yunho y pegarse más a él, pero nuevamente sus intentos eran frustrados por las sogas que lo ataban, así que solo podía gemir sin parar, sentir cómo su cuerpo es aplastado contra la pared cada que el moreno le embiste con más fuerza, rapidez y profundidad.

Después de algunos minutos en que las estocadas eran más delirantes y anulaba todos sus sentidos dejándoles solo el poder de sentir placer, el orgasmo los inundó una vez más, repartiendo temblores deliciosos por sus cuerpos.

Jae aflojó el agarre de sus piernas en la cintura de Yunho, dejando otra vez sus pies sobre el suelo, respirando trabajosamente aún, temblando suavemente, disfrutando como su amante del placer que ocupa sus cuerpos.

- me soltarás ahora?... – cuestionó con ternura y un dejo de erotismo en su voz.

- sí... – correspondió el moreno, deshizo los nudos de las sogas y se sintió culpable cuando vio unas marcas rojizas alrededor de las muñecas de su Boo, mismas que se había ocasionado cada que intentó moverse para usar sus manos... – JaeBoo, lo siento... – jamás se perdonaría haberlo lastimado, aunque fuera levemente, en su desenfrenado deseo de poseerlo.

- yo no, ha sido maravilloso caer seducido por Mirotic... – libre por fin de usar sus manos, el mayor tomó al moreno por la nuca y lo besó profundamente largo rato, hasta que el oxígeno los obligó a separarse. Sus cuerpos aun desnudos tocándose otra vez, las manos del líder se enroscaron en la cintura del mayor, mientras las de este estaban alrededor de su cuello... - no te dio pendiente que alguien nos fuera a encontrar en plena faena?

- no... – le dio un suave beso... – lo planeé, nadie iba a venir, ni vendrá en las próximas dos horas... – agregó con una sonrisa por demás lujuriosa.

- perfecto... ahora tú serás mi esclavo... – antes de que pudiera reaccionar, el moreno ya se encontraba atado en el lugar que antes ocupara el mayor.







CAPITULO 2. SUMERGIDO

Yoochun y Junsu estaban de pie a lado del tanque aquél en el que Min se sumergiera para hacer su solo para las grabaciones del videoclip de Mirotic.

- así que este es el tanque que se rompió... – comentó con una sonrisa Junsu, recordando lo curioso que es ChangMin resfriado...

- no Su, éste no es... – debatió Yoochun...

- claro que sí... – rebatió molesto el delfín.

- que no, si éste fuera el mismo no estaría lleno de agua... – se burló el ratón...

- argh! Pero sabes a lo que me refiero, idiota!... – espetó molesto, cruzándose de brazos, frunciendo el ceño. Le molestaba que su amigo se aprovechara de su despiste. Micky rió a carcajadas por un rato… - ¡tonto!... – y terminó uniéndosele al pelinegro (aunque ahora él también tiene el cabello oscuro). Dejaron de reír cuando el estómago ya les dolía... – ahora, qué es eso tan interesante que descubriste por aquí, hay un tiburón en el tanque?... – cuestionó con sorna.

- nop... algo mejor, pero tenemos que entrar para mostrarte... – sonrisa peligrosamente sexy.

- eh? Ni hablar, no me voy a meter ahí, es tarde, está fresco, no quiero... – se negó infantilmente el pelioscuro, dando un paso hacia atrás, listo para irse...

- anda, no seas niño, vamos a darnos un chapuzón... – pidió con un puchero demasiado adorable que derretía las defensas del delfín... -

- eres terco, sabes... como no valga la pena lo que me vas a mostrar te juro que... – el ratón le instó a subir por una pequeña escalera que daba acceso al tanque...

- sí, sí, lo que quieras, sube ya... – Junsu subió primero, se sentó en el borde con sus piernas hacia fuera, porque no quería terminar mojado del pantalón. El ratón lo imitó, tomando lugar a lado suyo, le tomó la mano y antes de que Junsu pudiera reaccionar, Yoochun ya lo había tirado hacia atrás logrando que ambos entraran en el tanque.

- ¡ay, está fría!... – se quejó el delfín cuando logró salir a flote después del chapuzón que su amigo ocasionó. Ahora estaba todo empapado, igual que el ratón... – qué te pasa, porqué lo hiciste, capaz pesco un resfriado... – le espetó con un puchero, simplemente adorable y sensual con esas gotas resbalando por su rostro, cayendo de su cabello pegado a su frente, los labios tiritando suavemente por el frío.

- yo ya pesqué algo... – sonriendo con esa coquetería tan natural que posee Micky, luciendo aún más sexy con el cabello pegado a su piel, con esos ojos cazadores que lo hipnotizaron en contra de su voluntad, hechizándole. Se fue acercando a su amigo, el agua moviéndose suavemente alrededor de ellos con ondas que le hacían cosquillas en los brazos al menor de los dos... -

- eh?... – balbuceó nervioso Junsu, últimamente a su amigo le daba mucho por jugar al YooSu y eso lo descolocaba, porque a pesar de ser solo un juego en el que siempre le seguía la corriente, ahora un deseo incomprensible se había apoderado de su cuerpo, que cada que entraba en contacto con el del pelinegro se estremecía.

- pesqué a un delfín, al que muchas quieren tener, pero que ahora está a mi disposición... – Micky acorraló a su amigo contra el final del tanque, colocó sus manos en el borde, rodeando así a Junsu, que lo miraba titubeante... – ahora no puedes escapar, te tengo...

- oye, que te traes, te dije que dejaras de leer las historias de las fans... – trató de zafarse el muchacho, aunque algo en su interior le gritaba que permaneciera ahí.

- acaso no te da curiosidad el YooSu, averiguar qué se siente besar a tu mejor amigo?... – el cuerpo del pelinegro se pegó más al de Junsu, su mirada enfocada en esa boca de labios gruesos...

- esto... pues... – la mirada de él también se desviaba hacia los labios apetecibles de su amigo, quien al darse cuenta se relamió sensualmente para provocarlo...

- pongamos a prueba nuestra canción, véamos si puedes romper tus reglas... – su voz tan llena de sensualidad susurrándole al oído en verdad que lo estaba enloqueciendo...

- Chunnie... – murmuró Junsu, sus manos fueron a parar al pecho del mencionado, sus cuerpos demasiado cerca...

- quiero sentirte hasta debajo de mi piel, Junsu ah... – sus labios rozaron los de su amigo, haciéndoles estremecer de pies a cabeza con esa electrizante sensación... – quiero ese segundo beso que caliente tu corazón y nos haga explotar... -

- pero nosotros nunca... – “nos hemos dado un primer beso” completaría la frase que quedó a mitad de camino cuando la boca de su amigo se apoderó de la suya en un beso que más que tierno, lento o romántico, se sintió desesperado y hambriento... pero igual le había gustado mucho. Se separaron cuando el aire en sus pulmones se hizo necesario... – a eso hemos venido, por eso me tenías que tirar al tanque con el agua fría... – cuestionó con un puchero, ligeramente sonrojado. El pelinegro negó con la cabeza...

- te lo dije, quiero sentirte hasta debajo de mi piel... – se acercó nuevamente a besarlo, ahora el delfín sí sintió diferente ese beso, un calor agradable se instaló en su corazón, sintiendo cómo su amigo probaba sus labios con paciencia, tomándolos despacio, con ternura, pidiendo permiso para entrar con su lengua a explorar su interior.

Aquel beso era más una caricia que diluyó rápidamente cualquier temor que pudiera haber tenido cuando su amigo comenzó a quitarle la ropa, lanzándola fuera del tanque donde caían con pesadez por el peso del agua que se había absorbido en cada prenda.

Junsu no se quedó atrás y despojó sensualmente a su amigo de la ropa, lanzándola junto a la suya fuera del tanque, se fundían cada segundo en un nuevo beso más apasionado y lujurioso, cuando sus manos viajaban furtivas por el cuerpo del otro, palpando con premura la piel, suaves caricias que se deslizaban con suma facilidad por el agua que rodea y fluye alrededor de ellos.

Yoochun se separó de sus labios para lamer el lóbulo de su oreja mientras sus manos acariciaban su piel desnuda bajo el agua, el frío quedado en el olvido cuando la temperatura de su piel ascendió con cada caricia y beso que su amigo le entregaba.

- adoro tu cuerpo... – siguió hablándole, mientras Junsu sentía cómo sus sentidos estaban desconectados de nada que no fuera solo su voz, sus caricias, sus besos, su piel... – adoro cada músculo en ti, cada centímetro de tu piel... – a cada palabra, el pelinegro acariciaba con más fervor, llegando al punto que más deseaba y enloquecía su mente... – adoro esta parte de tu anatomía que tantas veces imaginé tener como ahora... – sus manos comenzaron a acariciar de arriba a abajo el miembro ya erecto del delfín, quien gemía bajo, mordiéndose el labio, cerrando los ojos, apoyando sus manos en los hombros del ratón, enterrando en ellos sus uñas, marcándole la piel... -

- aahhh... Chun... mmhhh... más, quiero más... – pidió entre gemidos, el sonido del agua a su alrededor moviéndose al compás de ellos era una melodía armoniosa y delirante a la vez, era demasiado erótico estar en aquella posición, su cuerpo apenas flotando pegado al de Yoochun.

- mmhhh... siempre quise... aahhh, hacerlo en el agua... – sonrió lascivamente, acelerando los movimientos de sus manos, atacando de nuevo el cuello del delfín, dejándole una marca con sus succiones.

- mmhhh... – gimió más fuerte el pelioscuro, demasiado excitante sentir los labios del ratón succionando su piel y masajeando a la vez su erección, sentía que en cualquier momento terminaría por correrse... – así... aahhh... eres, genial Chunnie... – unos pocos instantes después sintió ese conocido calor en su bajo vientre y un grito ahogado le indicó que su orgasmo lo había alcanzado, ligeros espasmos recorrieron su cuerpo, abrazado por el pelinegro, que le tomaba por la nuca besando una vez más sus labios con profundidad, enredando sus dedos en su cabello húmedo.

- te atrapé, cierto?... – las manos del pelinegro abrieron lentamente las piernas del delfín, que sabía lo que venía con esa acción, por lo que sin pensarlo dos veces enroscó sus piernas a la cintura del ratón...

- completamente, me tienes en tu hechizo, Chunnie... – le dio un suave beso en los labios... – hazme sentir completamente tuyo, imprégname bajo tu piel como tú lo estarás bajo la mía... – le dijo de la forma más sensual que pudo.

- Te quiero, Junsu ah... - gracias a la humedad que el líquido vital les proporcionaba, fue fácil dilatar la entrada del delfín, aunque igual su intromisión le arrancara algunas lágrimas de dolor, mismas que lamió tiernamente...

- yo... también Te quiero, Chunnie ah... – las estocadas del ratón comenzaron suaves.

Los movimientos del agua a su alrededor se hicieron también más ruidosos y descontrolados conforme las embestidas aumentaban en ritmo, ambos gimiendo roncamente, Junsu abrazado a su espalda, su rostro enterrado en el cuenco entre el cuello y el hombro del pelinegro... cuello y hombros que besaba, lamía y mordía cada que Yoochun llegaba más profundo en su interior. El sonido del agua haciéndose más delirante, sus cuerpos se tocaban y resbalaban por la humedad haciendo de sus encuentros caricias suaves entre sus pieles.

- mmhhh... Junsu ah, eres... muy estrecho... aahhh... me, mmhhh... encantas... -

- aahhh... a mí me... ah dios!... así, Chunnie... más rápido... – el vaivén desenfrenado hizo que Junsu olvidara lo que iba a decirle, gimiendo más fuerte, gritando sin importar que alguien los pudiera descubrir, apenas la noche anterior Jae y Yunho habían estado ahí también hasta altas horas de la madrugada, y ahora ellos se encontraban pegados como si fueran uno solo. Gimiendo sus nombres, pidiendo más, disfrutando de esa unión apasionada entre sus cuerpos.

Las manos de Yoochun estaban fuertemente sujetas al borde en tanto sus caderas golpeaban una y otra vez contra las de Junsu, el agua chapoteaba alrededor de ellos por sus movimientos salvajemente lujuriosos, enterrándose sin piedad en el cuerpo del delfín, marcándole con celo como suyo, porque a partir de ese día él sería solo suyo y de nadie más, se habían hechizado mutuamente, atrapado en sus corazones, dispuestos a no dejarse ir.

- mmhhh, Su... aahhh... yo, quiero... terminar de, aahhh... otra manera... – desaceleró poco a poco sus embestidas. Notó la mirada curiosa y excitada del delfín, su respiración descontrolada, su rostro sonrojado por la excitación... – gírate... – le pidió con voz ronca, saliendo despacio de su interior. El delfín ni siquiera preguntó, a él mismo le parecía seductora aquella postura que el ratón pedía. El agua parecía tranquilizarse lentamente alrededor de ellos, acariciando sus cuerpos.

Junsu se aferró al borde, sus manos cubiertas por las de Yoochun, quien le besó el cuello mientras se introducía nuevamente, ya sin dolor de por medio, su erección acoplándose al instante a ese pasaje, saboreando de la presión de las paredes de sus cavidad. Retomó las embestidas con un vaivén rápido y profundo, los gemidos roncos volvieron, el agua se turbó otra vez.

- se te... aahhh, ocurren muchas, mmhhh... fantasías... – articuló el delfín, sonriendo placenteramente de las embestidas del ratón.

- mmhhh, solo por ti, ahhh, delfín... – una de sus manos volvió al miembro de Junsu, estimulándolo nuevamente, sintiendo su caliente palpitar crecer entre su mano.

Era deliciosa esa sensación húmeda infiltrándose entre el poco espacio que quedaba entre sus cuerpos cuando el ratón salía de su interior para volver a embestirlo con fuerza, golpeando con gozo su trasero, llegando tan profundo que sentía que moriría por las oleadas de placer que embargaban su cuerpo. Llenando cada uno de sus sentidos, ocupando cada fibra de su ser con las sensaciones, más allá de la desbordante pasión que quema su piel, el sentimiento de sentirse uno con la persona de la que se enamoró sin ser consciente de ello.

Bastaron algunas embestidas más para que el orgasmo los hiciera temblar, Yoochun esparciendo su esencia en el interior de Junsu, éste explotó otra vez en la mano del pelinegro. El ratón le besó suavemente la nuca mientras abandonaba su interior, cansado, respirando alterado por el éxtasis, igual que el delfín a quien giró nuevamente para admirar la expresión de gozo en su hermoso rostro.

- te gustó lo que descubrí?... – le preguntó con una sonrisa tierna.

- me encantó... – Junsu lo besó otra vez, le gustaban demasiado esos labios, eran adictivos, demasiado suaves, dulces y expertos como para no probarlos cada que están a su alcance.

- bueno, efecto Mirotic, mi querido delfín... – lo abrazó por la cintura, pegándose a su cuerpo nuevamente... – sabes que te ves terriblemente guapo ahora, hacer tanto ejercicio te dio un cuerpo más deseable de lo que ya lo era... – una de sus manos delineando los pectorales...

- me parece que no soy el único... – el delfín deslizó sus manos por los brazos del pelinegro... – definitivamente volveremos locas a las fans con estos cuerpos, pero.. me alegra saber que solo yo puedo disfrutarlo como lo hice...

- igual que yo, porque ahora tú solo eres mío... – comenzó a acariciar son su nariz el cuello del delfín, arrancándole algunas sonrisas por las cosquillas que le ocasionaba con su respiración.

- Chunnie?... -

- mh?... -

- cómo vamos a irnos ahora, empapaste nuestra ropa... – el bulto de prendas fuera del tanque aun escurría agua.

- ya lo veremos, ahora quiero seguir con mis fantasías... – después de eso se sumergieron en el tanque, besándose bajo el agua.








CAPITULO 3. ATRAPADO

Aquél prisma le había hecho tener demasiadas fantasías, tal vez era por causa de esos videos especiales a los que era adicto, debería de dejar de verlos de una buena vez o terminaría haciendo locuras.

Pero cómo no imaginarse ahí dentro, encerrado en ese reducido espacio, acorralado por dos de los cuerpos más perfectos que no haya visto nunca. Era un atentado a su integridad mental verlos, y más con ese vestuario nuevo en el que mostraban con tanta sensualidad la piel de sus brazos tan fuertes, de sus pectorales tan marcados; de aquella manera de mirar seduciendo a la cámara mientras grababan el video clip, de esa forma tan hipnotizante de hacer cada paso, de atraerlo a él, de despertar sus propios deseos de no escapar, de ser atrapado por el encanto de esos dos chicos en particular, de sus hyungs favoritos.

- yo solo quiero un poco de su amor... – susurró con voz seductora el menor, en medio de Jae y Yunho, mientras acariciaba con delicadeza la mejilla de su líder detrás de él, y al mismo tiempo rozaba el pecho del mayor, haciéndolos suspirar por eso.

Cómo había conseguido llevarlos ahí, por dios que en ese instante no lo recuerda, en ese momento lo único que desea es que esos cuerpos se unan al suyo y lo hagan delirar de placer. Él no puede darle todo su amor a solo uno de ellos, como sabe no puede exigirlo de parte suya. No pide promesas de un juntos por siempre, solo una demostración de toda esa pasión que sabe circula por la vena de esos dos.

La respuesta por parte del moreno y el mayor no se hizo esperar, sin demasiadas palabras de por medio, sí muchos suspiros y gemidos. Apresado entre esos cuerpos, acariciado a diestra y siniestra por ese par de manos que repartían sus muestras de afecto a lo largo de su piel.

Retirando hábilmente cada prenda de su cuerpo, desnudándose lentamente entre ellos, sin dejarle nunca de lado, permaneciendo siempre en el medio, recibiendo besos húmedos de uno y otro, sintiendo su piel desnuda entrar en contacto con la de sus hyungs, primero el pecho de Yunho a su espalda, que se pegaba a él como si la vida se le fuera en ello, dejándole sentir cada uno de sus pectorales en su ardiente piel, sintiendo las manos del líder viajar por su pecho y acompañar a una de las manos de Jae a acariciar su erección ya bien despierta ante ese ataque de caricias.

- mmhhh... se siente... bien.... – Jae le besaba el cuello con desesperación, lamiendo despacio hacia abajo, disfrutando de sus pezones, mordiéndoles lentamente, succionando con premura... – aahhh, Jae... – el líder no quería que solo su Boo hiciera disfrutar al menor y le arrancara esos sonoros gemidos de la garganta, aunque sabía bien que también estaba disfrutando del trabajo que ambos realizaban en su miembro, aún así, llevó una de sus manos a la boca del menor, instándolo a que lamiera de sus dedos para poder dilatar su entrada y apoderarse de una vez de su estrecha cavidad.

Adivinando la intención del moreno, el mayor le miró con ojos lujuriosos, tomó una de las manos del menor y él mismo lamió de sus dedos...

- vamos a hacerlo los tres juntos... – informó con voz ronca, demasiado excitado de sentirse en aquella entrega con el menor y su líder. Se recargó en la pared a su espalda de aquel prisma, jalando consigo al menor y a su vez al líder, con quien tenía esa conexión especial, mirándose entre sí con ternura y lujuria, dispuestos a hacer disfrutar al menor con su cariño, llenarlo de placer para que nunca tenga que volver a pedirles solo un poco de su amor, porque ellos estaban dispuestos a entregárselo todo.

Min estaba demasiado excitado como para darse cuenta de todo lo que estaba pasando, sus sentidos nublados por la temperatura le impedían ser consciente de lo mucho que en ese prisma pasaba. De un momento a otro sus dedos se encontraban entrando y saliendo de la entrada de su Jae hyung, le escuchaba gemir, le veía con ese rostro de gozo, con los ojos cerrados, mordiéndose el labio inferior, el cabello pegado a la frente sudada.

Él mismo se sentía delirar por esos dedos que se movían en su interior, haciéndole gemir con fuerza, por los besos que le dejaban en la nuca, en los hombros, en el cuello, lamidas furtivas que humedecían su lóbulo.

- estoy listo, Minnie... – escuchó apenas a su hyung, casi por instinto sustituyó sus dedos por su erección, sintió como Jae pasaba una pierna alrededor de su cintura, pero no se cerró sobre su trasero sino sobre el de Yunho, quien en cuanto supo que él se había posesionado del interior de su Boo, le invadió de una sola envestida, arrancándole un grito de dolor que rápidamente fue reemplazado por gemidos de puro placer.

Aquello era lujuria en el amplio sentido de la palabra, Jae había terminado por abrazarse a las caderas de ambos, sosteniéndose a la vez en los brazos del menor, pegándolo a su cuerpo, gimiendo en su oído, mordiendo su hombro, tirando de su cabello cuando más profundo llegaba en su interior y le besaba con pasión desenfrenada, golpeando sus caderas una y otra vez al ritmo que imponía el líder a su espalda, quien lo embestía con fuerza, con rapidez, dejándole gemidos roncos y palabras tiernas al oído. Sintiendo como de vez en cuando ellos dos se encontraban para fundirse en un beso apasionado, los tres cuerpos unidos, él en medio disfrutando de todo el placer.

El miembro de Jae estaba apretado entre sus torsos, friccionándose incesantemente con el movimiento de esos tres cuerpos ardientes, mandando descargas eléctricas por sus cuerpos, logrando que la expresión de gozo en el rostro de Jae se hiciera más pronunciado, que sus gemidos se convirtieran en gritos y suplicara por un ritmo más delirante que no se hizo esperar conforme el propio Yunho aumentó sus estocadas, haciéndole delirar al sentir la estreches de la cavidad del mayor y la palpitante erección de su líder en su interior.

Era demasiado erótico, demasiada estimulación como para soportarlo más, bastaron unas cuantas estocadas de parte de Yunho para que Min se corriera en el interior de Jae liberando un ronco gemido que les hizo saber a los otros dos que el menor había alcanzado su orgasmo. Tembló con el mayor en sus brazos, que lo abrazaba tiernamente mientras el orgasmo pasaba. Yunho también había frenado, dejando que su Minnie disfrutara sin prisas de su éxtasis, ya después él podría terminar con su Boo, porque sabía que como él, aún le faltaba un poco más.

Cuando el cuerpo en brazos de ambos dejó de temblar, Yunho salió de su interior al tiempo que Jae bajaba sus piernas y las colocaba en el suelo. Min también abandonó el interior de su hyung, podía ver que a ellos aún les quedaba pendiente su orgasmo, sonriéndoles agradecido se hizo a un lado, viendo cómo esos dos se encontraban de inmediato, Yunho penetró a Jae mientras éste enroscaba sus piernas en sus caderas nuevamente. Los escuchó gemir y besarse con amor apasionado, entregándose una vez más en los brazos del ser amado, no pasó mucho tiempo antes de que ambos se corrieran y su propio orgasmo los alcanzara.

.............

- ¡Min! – el grito nada considerado de parte del delfín lo sacó de su sueño de sopetón.

- ¡argh! JunSu no me grites, no estoy sordo... – espetó el menor mientras abandonaba su calientita cama, aunque al levantar la sábana y echar una mirada en cierta parte de su anatomía se dio cuenta de que su húmedo sueño lo había hecho vivir un orgasmo en la realidad... – por suerte que ese delfín no se quedó aquí, que si me ve así no me lo quito de encima con sus bromas... – tomó algo de ropa cómoda para luego dirigirse a la ducha, en el camino se topó con Jae y Yunho quienes le dedicaron una sonrisa amable, pero que plantó un intenso sonrojo en su rostro... – la de cosas que me da por soñar... Mirotic es un hechizo demasiado poderoso hasta para mí, como no me controle uno de estos días mis fantasías harán que de verdad cometa locuras.

FIN




**todos los comentarios deberan ser dirigidos a Felina**

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1 ♥Comentarios♥ :

DinoMostra dijo...

uii ~ hace tiempo lo lei! y es hermoso! amo el YunJae *O* perfect ~

:a   :b   :c   :d   :e   :f   :g   :h   :i   :j